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San Antón

"Hasta San Antón, Pascuas son", dice el refranero. Caro Baroja, por su parte, afirma que el carnaval se inicia propiamente con el año, siendo las cencerradas de San Antón uno de sus actos inaugurales. En Añora este día siempre se celebró de tan ruidosa forma. Pandillas de chiquillos -y no tan chicos- recorrían el pueblo y alrededores cargados de cencerros, campanas y campanillas, tomadas muchas veces de los animales, haciéndolas sonar estruendosamente. En otros pueblos de la comarca, como Torrecampo o Pozoblanco, esta actividad aparece asociada a la fiesta de San Juan: los chavales correteaban con su instrumental por las calles para "despertar al santo". La antropología cultural nos dice que estos ritos estaban relacionados con el deseo de ahuyentar los malos espíritus, o bien se trataría de un ejemplo de magia imitativa de las tormentas, a fin de espantar sus posibles maléficos efectos.

Frazer nos informa de multitud de rituales por todo el mundo basados en el ruido como modo de expulsar los demonios de los poblados o de los campos, algunos de los cuales se realizan de forma periódica en ciertas estaciones del año. Los iroqueses inauguraban de esta manera el año nuevo. En Cabo Castillo se expulsaba al espíritu malo Abonsam saliendo a las calles con antorchas encendidas, gritando, aullando, golpeando palos unos con otros, repiqueteando sobre cacerolas viejas, etc., haciendo el ruido más horrible para echar al diablo de la ciudad al mar. En Bali, en el día de la "luna oscura", los habitantes hacen un ruido ensordecedor con los golpazos que dan sobre las puertas, vigas o molinillos del arroz para participar en la expulsión de los diablos de la isla. Expulsiones anuales de demonios, brujas e influjos malignos han sido frecuentes también entre los paganos de Europa. En Europa Central, cuenta Frazer, se celebra la ceremonia de "quemar las brujas": "Hombres y muchachos forman una baraúnda con látigos, campanas, cacharros y calderos; las mujeres llevan incensarios; sueltan los perros, que corren en todas direcciones ladrando y gañendo. Tan pronto como las campanas de la iglesia empiezan a tañer, encienden los haces de teas, etc., que llevan sujetos en la extremidad de un palo. Entonces todas las campanillas de las puertas de las casas, todas las campanas para anunciar la comida, calderos y sartenes, ladridos de perro, todo choca, golpea y hace ruido, y entre este estrépito se desgañitan cuanto pueden, voceando: ¡Huye bruja, huye de aquí o te irá mal!". En otras partes de Europa, en fin, ritos similares se celebran en Epifanía. Como en tantas otras ocasiones, estos ritos paganos han sobrevivido en el cristianismo asociados a fiestas religiosas, sin que se recuerde ya muy bien su significado, pero casi idénticos en forma y desarrollo.

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