Contra la resignación
La noticia del regreso del agua potable al norte de Córdoba ocupa la portada de los periódicos provinciales.Me imaginaba el regreso del agua potable a los grifos, tras un año sin ella, de otra manera. No sé, como algo festivo, como la consecución jubilosa de un logro. La vuelta a la normalidad tras doce meses de excepción. Sin embargo, todo se liquidó con un desganado tuit del presidente de la Junta de Andalucía, que durante un año no se ha dignado visitar la comarca para conocer sus problemas de primera mano, y una correcta comparecencia de prensa posterior del delegado en Córdoba para oficializarlo. El agua de los grifos de Los Pedroches y el Guadiato ya es potable. Venga, circulen, a otra cosa.
La utilización política del asunto ha vuelto a provocar cierto bochorno. "La alegría de saber que el agua potable ha vuelto a #LosPedrcohes y #Guadiato gracias a la gestión PP en Junta y Diputación de Córdoba", escribía el PP de Córdoba. "Los 80.000 vecinos de Los Pedroches y Alto Guadiato pueden ya abrir sus grifos gracias a la labor conjunta de la Junta y la diputación", apostillaba Antonio Repullo, Secretario General del PP de Andalucía. "Lo prometido se cumple", había marcado la senda antes José Antonio Nieto, consejero de Justicia. Todos, incluso ellos, sabemos que en la resolución del problema del agua nada han tenido que ver las actuaciones de la Junta y de la Diputación, sino el mero hecho de haber llovido lo suficiente como para que el embalse de Sierra Boyera vuelva a estar operativo. Y todos sabemos que las actuaciones puestas en marcha por la Diputación para resolver el problema (potabilizar el agua del pantano de La Colada) han fracasado y que cuatro millones de euros mal invertidos se han ido por el sumidero de la incompetencia. Y todos sabemos que el tema del agua ha puesto de manifiesto el gran fracaso de la política, tanto a nivel ejecutivo (al no haber logrado solucionar el problema) como a nivel simbólico (por haber sido incapaces los alcaldes de presentar una posición unitaria frente a un problema gravísimo, con la pérdida de confianza y reputación que ello ha conllevado). Por eso nos dan tanta vergüenza estas declaraciones. Que los socialistas cometieran en su día el mismo pecado no nos consuela.
Pero debo reconocer que, de todas las declaraciones leídas en la jornada de ayer, la que más me dolió fue la de Carlos Moreno. El Jefe de Gabinete de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, natural de Dos Torres, escribió ayer en su perfil de Facebook: "Hoy del grifo de Los Pedroches saldrá agua, un agua de todos, pero sobre todo lo que saldrá será la evidencia de que el ciudadano de Los Pedroches es ejemplar, que ha sabido esperar con resignación a las soluciones que se han puesto y se siguen llevando a cabo tras años de abandono". Ciudadano ejemplar, dice. Esperar con resignación. Las soluciones que se han puesto. Carlos es muy joven y probablemente no lo sabe, pero en Los Pedroches llevamos décadas luchando contra la resignación, porque deseamos para nuestra tierra un futuro mejor y eso no se consigue con la sumisión del rebaño, con ese tipo de ejemplaridad que él defiende. El levantamiento por el hospital comarcal, la lucha contra el cementerio nuclear, el combate a favor de la estación del AVE en Villanueva de Córdoba, la batalla en contra del cambio de la estructura societaria de COVAP, el impulso a favor de la compra del castillo de Belalcázar por la Junta... esos logros no se consiguieron con resignación. Con resignación lo que se está consiguiendo es que cierren colegios en nuestros pueblos, que los horarios médicos sean cada vez más restringidos, que clausuren las oficinas bancarias, que las comunicaciones entre pueblos no existan... A eso nos lleva la ejemplaridad resignada. Creo que ese no es el futuro que queremos. No puede serlo